sábado, 4 de febrero de 2012

¡Válgame el cielo, qué camarón!

fig. 1


fig. 2

fig. 3

Hay pocos lugares en nuestro planeta que son tan misteriosos como las profundidades abisales. Los científicos que están explorando los secretos más impenetrables de nuestro planeta se asombran de la inmensa diversidad de vida que allí se están encontrando.


El reino de las fosas oceánicas más allá de los 6.000 metros de profundidad se denomina “zona hadal” en honor a Hades, el dios de los Infiernos en la mitología griega. En las fosas más profundas, escasea el alimento, las temperaturas son glaciales, la oscuridad es perpetua y las presiones superan la tonelada por centímetro cuadrado. Es difícil imaginar que la vida sea posible en condiciones tan extremas, sin embargo lo es.
Un habitante muy curioso del reino hadal es este anfípodo supergigante (figs. 2 y 3), una especie de camarón que deja como un enano a los que estamos acostumbrados a ver en bares y pescaderías. El ejemplar capturado mide 28 centímetros, casi 10 veces más que los anfípodos “normales”. Se ha dicho que es como si se hubiera encontrado una cucaracha del tamaño de un pie.


La criatura fue hallada a 7.000 metros de profundidad en la fosa Kermadec (fig. 1), al norte de Nueva Zelanda, durante una expedición llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Aberdeen de Escocia y del Instituto Nacional de Investigación Acuática y Atmosférica de Nueva Zelanda (NIWA). Los investigadores usaron una tecnología de inmersión diseñada especialmente para aguas ultra-profundas, que consiste en una trampa y una cámara de video encapsulada en cristal de zafiro para soportar la altísima presión. El ingenio capturó siete especímenes y filmó nueve Pese a que el mayor que se logró sacar a la superficie medía 28 centímetros, la videocámara consiguió filmar otro ejemplar aún mayor, de 34 centímetros.


Fotos: Alan Jamieson/ Oceanlab/University of Aberdeen

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