martes, 8 de marzo de 2011

Una forma de vida desconocida surge de la sombras del tiempo

El fósil de 520 millones de años
Reconstrucción de la apariencia de Diania cactiformis


Si Charles Darwin viviera estaría dando saltos de alegría al enterarse de la noticia. Se acaba de dar a conocer el descubrimiento de un nuevo “eslabón perdido”, una elegante evidencia del proceso evolutivo. Fósiles hay muchos, pero fósiles transicionales, es decir, estados intermedios de formas de vida que aparentemente faltaban en el registro fósil o se desconocían, muy pocos. De ahí la trascendencia de un hallazgo como éste. (“eslabón perdido” no una expresión de uso científico, pero me he tomado la libertad de utilizarla en aras de la divulgación).

Los paleontólogos nunca habían visto nada semejante. Habitaba los fondos de los mares. Su nombre científico es Diania cactiformis y es un fósil de 520 millones de años de antigüedad. Fue encontrado en una formación rocosa del Cámbrico inferior, situada en la provincia china de Yunnan. Podría ser un “eslabón perdido” entre los antiguos lobópodos, un grupo de organismos parecidos a gusanos con patas que florecieron en el Cámbrico, y los actuales artrópodos, como los crustáceos, los insectos, y las arañas, que representan más del 80% de todas las especies animales conocidas.

Un equipo internacional de paleobiólogos, en su mayoría expertos de universidades chinas y alemanas, encontraron los fósiles de tres especímenes completos y otros treinta parciales de esta forma de vida desconocida hasta ahora, a la que han bautizado con el apodo de “cactus andante” Ello se debe a que esa extraña criatura, que medía unos seis centímetros de largo, se parecía más a una planta que a un animal. Además, poseía, al menos, un par de atributos evolutivos distintos a sus congéneres que la convierten en algo único. Aunque tenía el cuerpo blando como un gusano, sus diez pares de patas poseían un exoesqueleto o revestimiento rígido. Y lo más fascinante, sus extremidades, espinosas y robustas, estaban aparentemente articuladas. Las extremidades articuladas son un carácter diferencial de los artrópodos, por lo que Diania podría ocupar una posición evolutiva clave en el origen del grupo animal más diverso de la Tierra.
Diania es un “eslabón fósil” surgido de las sombras del tiempo, una evidencia clara entre las criaturas de cuerpos blandos y las dotadas de exoesqueletos rígidos y articulados

Fotos: Jianni Liu

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